Cuando la lluvia impedía que saliéramos al patio del colegio, decidimos aprovechar el espacio de la biblioteca para disfrutar de un emocionante partido de ping pong. Moviendo rápidamente las mesas y asegurándonos de proteger los libros, creamos un ambiente divertido y competitivo. Con risas y concentración, todos nos sumergimos en el juego, demostrando nuestras habilidades y compartiendo momentos de camaradería. Aunque no pudimos disfrutar del aire libre, la biblioteca se convirtió en un refugio de diversión y actividad física. Fue un día lluvioso inolvidable.
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